Las personas nos desarrollamos en muchos aspectos y ámbitos con otras personas, por lo que no podríamos pensar a la identidad como un concepto aislado que se construye desde lo individual.
Conceptos como responsabilidad afectiva y relacional se repiten cada vez más en lo cotidiano. Porque si pensamos en que nuestras palabras pueden influir en la identidad de alguien más, pensamos entonces tener mucha más responsabilidad y cuidado en nuestras relaciones o vínculos.
Es un proyecto porque lo vamos construyendo a lo largo de nuestra vida.